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Los pingüinos son unos comensales muy exigentes. Si montas un restaurante en Pingüilandia debes saber que estas aves sin alas quieren que les atiendas con rapidez y eficacia.
Pobres desgraciados los pingüinos, que son unas de las escasísimas aves incapaces de volar. Un pingu, harto de tal situación, se propone surcar los cielos al precio que sea.
Pese a su sencillez, o quizá gracias a ella, el Angry Birds ha sacudido el mundo de los videojuegos. ¿Qué habrán tomado estos pajaritos para volverse así de irascibles?
En cada nivel tienes que liquidar absolutamente todos los iconos; ¡no puede quedar ni uno! Para que te sea más fácil tienes el recurso de rotar la pantalla y, como ayuda especial, puedes destrozar con un martillo hasta cinco iconos sueltos.
Los osos polares maltratan a los pingüinos, y como a ti no te gustan las injusticias, decides liderar una revuelta. No saben volar, pero al menos disponen de catapultas y de cascos con hélices.
En una fábrica parisina las cigüeñas trabajan de lo lindo para hacer bebés. Los futuros papis de todo el mundo esperan ansiosos a sus retoños, como no podía ser de otra manera.
Eres camarera en Pingüilandia. Clica sobre los pingüinos que entran y asígnales una mesa, cuando levanten la mano les tomas nota y cuando ya estén sus platos en el mostrador los recoges y se los entregas. El último paso es el más gratificante: cobrar.
El pingüino emperador que ya nos sorprendiera con sus peripecias aéreas vuelve a la acción después de pasar una temporada en el hospital. Ya sabes que estas aves no saben volar, pero eso no es impedimento para nuestro amigo; ¡el quiere surcar los cielos sí o sí!