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Harto de llegar tarde al trabajo por culpa de los atascos decides tomar un decisión radical: lanzarte contra todos los vehículos de la carretera y detonar bombas para causar el mayor estropicio posible. ¡Banzai!
Algunos miembros de la mafia rival corren en coches rapidísimos, pero no tan rápidos ni tan poderosos como el tuyo. ¡Embísteles contra la cuneta y destrúyelos!
Los osos polares maltratan a los pingüinos, y como a ti no te gustan las injusticias, decides liderar una revuelta. No saben volar, pero al menos disponen de catapultas y de cascos con hélices.
Lanza cañonazos a los castillos enemigos para que éstos se derrumben y aplasten a sus vigilantes. Eso sí, procura no dañar a los personajes azules porque ellos son rehenes.
Si tus ansias de destrucción no se saciaron ni con la primera ni con la segunda parte, ahora con esta tercera sí que te quedarás bien relajado. ¡Derriba los bloques sin vacilación!
Te han encerrado en un rodeo lleno de coches kamikazes que has de esquivar en la medida de lo posible. No se te ocurra hacerte el machito y chocarte contra ellos, que tienes las de perder; tú céntrate en atrapar los ítems.
Creemos que hay métodos menos crueles para derruir edificios. Eso de lanzar en tirachinas a un pobre hombre para que se estampe contra las paredes no nos acaba de convencer, la verdad.